sábado, 14 de diciembre de 2013

No sé dónde estoy.

El mundo en que vivimos, el universo que nos rodea, da muchísimo que pensar.
Los antiguos filósofos, como Platón, tenían cada uno su forma de que todo encajase. Para este filósofo, el mundo estaba dividido en dos, y la idea del bien hacía que todo estuviese en orden. Para Heráclito, era la fuerza del logos. Para Anaxágoras, el Nous.

Pero, ¿y si el mundo no existe? ¿Nadie se lo ha planteado?
¿Y si no somos reales?

Lo que voy a contar ahora son reflexiones que tengo últimamente por las noches. No es broma, de verdad. Puede sonar paranoico, pero lo pienso. A veces. Otras creo que debo acostarme y descansar para dejar de pensar cosas raras.

En primer lugar, no creo que el universo sea infinito ni finito.
Hagámoslo por reducción al absurdo en cada caso.

Si el universo es finito quiere decir que tiene final, que se acaba. Si fuese así, en algún lugar pasando el sol y las estrellas, habría un final. Una especie de pared o límite material. Si es así, debería poder romperse. Y si se rompiera, ¿qué habría al otro lado? No tiene sentido. El hecho de que haya un final implica que haya algo detrás, es como una habitación y sus paredes. ¿Y por qué hay un final? Por lo tanto, esto se nos va de las manos. Que el universo sea finito no tiene sentido a no ser que hubiera algo detrás que tuviese una cierta razón de ser, una lógica por la que estar ahí.
Así que pienso que no es finito.

Pero si el universo es infinito quiere decir que es eterno, que está en todas partes. Y no me cabe en la cabeza. "En todas partes" es mucho espacio. Y si es infinito, ¿los planetas contenidos también son infinitos? Es un poco locura, ¿no? No puedo imaginarme algo tan grande que nunca acaba.

Como ninguna de las dos cosas me entra en la cabeza, he llegado a la absurda conclusión de que debe de ser semi-infinito o no existe. Que tampoco tiene sentido, pero ya lo pensaré más a fondo.



Otra cosa que tampoco acepto es la teoría del Big bang (y mira que me encanta esa serie de la televisión).
1. Empieza todo con un cúmulo de materia.
¿Por qué? ¿De dónde sale? ¿Qué había antes? No me gusta.

2. Es un cúmulo de materia que explota.
Vale, si es mucha cantidad de materia toda junta, ahí, comprimida en exceso, entiendo que explote. Pero no me creo el punto 1.

3. Comienza a expandirse.
¿Hacia dónde, si solo había un cúmulo de materia? ¿Cómo de grande es el lugar de expansión? Dirán que infinito, pero como he dicho, no creo en eso.

Y no me gusta no creerme las cosas porque empiezo a pensar y a pensar.
Me estreso porque quiero saberlo y no puedo.

Además, hay noticias que dicen que nuestro universo podría ser una simulación informática y que está siendo estudiado por diversos investigadores. También sopesan la idea de que sea un holograma.

Es todo tan confuso, hay tantas posibilidades y sabemos tan poco...

Al final, siempre llego a la conclusión de que somos puntitos vistos desde un avión, y somos nada vistos desde el espacio. Nuestra presencia es mínima en comparación con todo lo existente (o no existente).

Y al fin y al cabo, lo importante es aprovechar lo que tenemos, sea o no real.
Ser felices.
Ser felices dejando de preocuparnos por las cosas que no son importantes y vivir, que nuestra existencia es demasiado corta en comparación con los años que lleva nuestro planeta girando.
Y ser felices según el concepto de felicidad de Platón: conociendo.

Y me acuesto satisfecha, a pesar de que sigo sin saber nada sobre el lugar en que me encuentro.




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