viernes, 30 de mayo de 2014

Cambiemos... ¿sólo un día?

Tercera y última experiencia del curso, para terminar con buen sabor de boca.
Esta vez, la idea era cambiar tres facetas tuyas durante un día sin hacerlo saber a nadie.

Al principio, aunque estaba dispuesta a hacerlo, pensé que no saldría bien. Es decir, todo el mundo estaría atento y al más mínimo cambio (creía yo) sabrían que la persona estaba haciendo el experimento.
Pero las semanas de exámenes llegaron, no había tiempo y todo el mundo tenía la cabeza en otra parte, por lo que el día que decidí hacer esto nadie cayó en que mi cambio formaba parte del experimento. Notaron el cambio, sí, pero no lo relacionaron. Es más, Aitana en un momento dado me preguntó que si yo ya lo había hecho y, tras quedarme en blanco (tenía que inventar una respuesta), le dije que no, que con todos los exámenes y trabajos no había podido.

Por lo general, voy a clase de forma muy informal. Y es que yo soy de esas que si tienen que elegir entre dormir y arreglarse, arreglarse no es una opción. Duermo hasta que me queda el tiempo justo para llegar a clase, a veces corriendo, porque mi cama y yo tenemos una relación muy estrecha. Además, por lo general tiendo a pasar un poco de la gente a mi alrededor, ya que suelo estar de mal humor por alguna pelea en casa, medio dormida, o lo que sea.

Así que el pasado jueves decidí dedicarme tiempo. Cambié mis gafas por las lentillas, me planché el pelo... me arreglé, en general. Procuré ser más cariñosa y más abierta, más positiva, más alegre. Eran tres cambios en teoría, pero yo intenté simplemente ser mejor en todos los aspectos.

Dado que ese día era feria, todo el mundo me decía "Uy, que guapa vienes, ¿vas ahora a la feria?". Pues no... no iba a la feria ese día. Es más, por la tarde tenía clases de dibujo técnico para selectividad.
"¡¡Que hoy hago yo la experiencia, pavillos!!"

Muchos "qué guapa", un abracito de Zafra, valentía para ofrecerme a exponer yo en clase... Sonrisa por aquí, sonrisa por allá. Pero que conste que no era de forma falsa, ¿eh? Era real, intentaba dar un mejor "yo". Es distinto.

Por la tarde en las clases, el profesor sí que percibió un fuerte cambio en mí, y es que no le veía desde verano, cuando yo tenía el pelo rosa. Me alegró un montón verle de nuevo, la verdad.

Tengo que decir que me sentó muy bien abrirme al mundo, ser mejor persona. No quiero que este cambio se reduzca a un solo día. Si me ha sentado tan bien es porque debería dar menos importancia a las cosas y ser más alegre y abierta, que la vida son dos días.

Pero en cuanto a la parte "física"... sigo prefiriendo dormir. No veo necesario salir con un aspecto perfecto a clase, ni que fuera a salir por la noche o a una fiesta. Voy a aprender, no necesito estar arreglada para eso. Mejor estar descansada. No puedo hacer sufrir a mi cama.

Así que en general, esta experiencia ha hecho que al ver como afectan mis cambios al exterior, quiera mantenerlos y que el mundo que me rodea se vea de un color nuevo y distinto.

Desde hoy me voy a comer el mundo. Recomiendo totalmente esta experiencia, no cuesta nada y te aporta muchísimo. Cambiemos para hoy y para el resto de nuestra vida.


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